Lo sabes, no es fácil perder, pero más difícil es cuando no sos buen perdedor. Lo entendes, las cosas más lindas llegan de la nada, y se van a la velocidad de una estrella fugaz. Todos alguna vez comprobamos que lo que fácil llega, fácil se va. Todos lloramos por amor, vos por él, y él por otra. Todos nos sentimos solos aunque estemos rodeados de personas que nos quieren. Todos nos escabullimos en tristes canciones que relatan nuestra historia, todos alguna vez esperamos a que todos se duerman en casa para poder descargar el océano de lágrimas que teníamos guardado. Todos rompimos cartas, borramos fotos, números. Todos nos tragamos las ganas de gritar bien fuerte. Escuchar miles de veces el típico "vos te mereces a alguien mejor" cuando sabes perfectamente que no queres dejar entrar a nadie en tu vida más que a esa persona que te partió el corazón en mil millones de pedacitos y que seguís queriendo, a pesar de todo. Quemarse la cabeza pensando en todos los momentos lindos. Sacar estúpidas conclusiones de que hubieras hecho cualquier cosa porque sea feliz, con vos. Tener la ilusa esperanza de que quizás, algún día sus vidas vuelvan a cruzarse, y todo vuelva a empezar. Sentir que los sentimientos fueron en vano, el amor, los abrazos, los besos fueron ilusiones y que sólo los recuerdos permanecerán en el corazón, para siempre.